CONVERSANDO CON LOS CUADROS DE

MARTHA CASTELLANOS

                                                                                                                                                   di P.B. [ vers. it.]

 

             IR Y VENIR

Un dejarse fluir por el rio de la vida,

Por el deseo de amar y ser querida

Por el deseo de vivir, sin ser sometida

 

No es una entrevista, pero una conversación-encuentro con un cuadro. Lo miro con intensidad. Es una pareja. Una pareja fusionada en una atmosfera mitológica. Una sola persona con dos figuras. Dos caras que se sugieren recíprocamente. Cuatro brazos que agitan volúmenes etéreos, posiblemente almas. El ambigüedad de el, sus ojos húmedos y tristes y sin embargo enérgicos, se casa con la tenacidad de ella, decidida a quedarse en la fuerza de un azul que se colora justo de verticales rayas amarillas. Frente a ellos la impalpabilidad del misterio, la frustración del deseo que se escapa, la ternura que rechaza de ser debilidad sino placer y libertad. El color amarillo de él es pálido y se esfuma, dominado por lo de ella. Permanece su racionalidad. Una cabeza bien hecha, arrepentida por haber perdido su batalla. Onírico. Místico. Un llamado fuerte que nos recuerda las atmosferas de sueño de un De Chirico enamorado de lo clásico.

Me mira sorprendida, la Autora, con su bella mirada limpia y transparente.

También podría parecer ingenua e inocente.

Tres Amores. A los 15, a los 20, y después los 50. El ultimo, el mas maduro el mas lindo el mas fuerte. Pero, el ultimo no es el ultimo porqué todos viven, todavía bien presentes, alimentando, inspirando su creatividad de artista.

Quantas cosas” -me dice, “Porquè no escribes algo y después, si tanto te gusta, te lo compras aquel cuadro…”. Así, me ofrece una pequeña sonrisa, mas de pudor que de malicia. Me gustaría tenerla, aquella pintura. Es un pozo luminoso. Se pueden pescar tantas emociones profundas, olvidadas, imaginadas…

Me imagino el cuadro en la sala de estar, frente a mi sillon…me lo pienso y advierto un escalofrio. Si la pintura estuviera, podría dominarme, habrirìa heridas, podría enamorarme. Soy demasiado viejo. ¿Demasiado viejo?  Sin embargo hace bastante tiempo que se me mueve adentro, muy cerca a explotar, como en el corazón de un adolescente… Aquella pintura es demasiado exigente… Tendrè que hacer bien mis cuentas…

Viajo entre los cuadros de la exhibición. Martha Castellanos, l’Artista, me acompaña con su mirada, por un poco.

No me entusiasma todo. A veces me dan la sensación de un ‘non finito’ , sin embargo no son bozetos. Es como si aquello que se quería expresar se fuese congelado. Lo hubiesen congelado; intencionalmente, para… que no se cumpliera, para que se quedara indefinido y se escapara a la indiscreción de un público invadente y pretencioso.

Pienso que yo también hago parte de este público. Instintivamente, yo también congelo mis juicios, mis críticas, mis comentarios de un paternalismo arrogante.

Me relajo e intento gozar el contacto de dos manos que salen desde una mar de neblina azuleña. ¿Una vez más, una Ella y un Él? Dos criaturas sin tiempo que viven a través del contacto; para aquel contacto.

 

Sanguíneo y severo, los ojos escondidos en una rabia reprimida, dos muslos estupendos producen luz sobre un casi-desnudo de mujer, acurrucada en un rincón de memoria perdida.

 

Veo también un agujero negro en el Universo curvo donde el espacio y el tiempo juegan con nosotros empujándonos como peonzas sin sentidos.

 

Al final me percato de un autoretrato, en lo estilo de Milo Manara. Y hay también una frase escrita:

““La idea está dentro de su propria construcción y la construcción está en el espacio entre un pensamiento y otro”

 

Martha es mexicana. No cuento su biografía porquè mejor lo hace ella misma en sus paginas web (Facebook link). Pero es importante: es latinoamericana. Su vena surrealista está en su sistema cultural. Mejor dicho: en su sistema emocional.

Me acerco para felicitarla: “Una bella exhibición”. Y descubro que en su espalda derecha hay un pequeño tatuaje: dos ramitos de rosas encorvados que se persiguen en circulo: “La creatividad que persigue la ispiracion y me encierra en mi circulo de artista” -me explica, percibiendo mi curiosidad. “No son solo símbolos”, me aclara, “son mi realidad de médium, mi verdad mística”.

Como siempre, no resisto mucho en la recepciones, aun cuando hay gente simpática y entretenida como la que va donde Sonia y Ferran, en el activísimo Centro cultural que manejan: la Bibliomusicineteca (solo el nombre es todo un programa).

Decido de irme pero antes vuelvo a saludar a Martha. Lleva la mascarita anticovid. El besito tradicional no es posible. Entonces no logro frenar el gesto y mi beso se deja ir sobre el tatuaje: buena suerte! Pienso con gratitud.

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