ALGO ESTÁ CAMBIANDO EN CHILE

de Jorge Fernandez (*)    [link trad. italiano]

Quizás es un gran triunfo que refleja los cambios que se viven en el Chile actual. Quizás sea solo un tímido primer paso. Quizás sea esa antigua costumbre de cambiarlo todo, para que no cambie nada. Pero lo concreto es que en el Chile gobernado por la derecha ha sucedido algo histórico: se escribirá la nueva Constitución con los pueblos originarios y paridad de género.

En efecto, el Congreso aprobó 17 escaños reservados a indígenas en la Convención Constitucional, órgano que también tendrá igual número de mujeres y hombres.

Los mapuches, etnia mayoritaria que habita principalmente en la Araucanía -antigua frontera en la época de la colonización española- tendrá siete representantes. También habrá dos aymaras, que habitan principalmente en la zona norte del país. Un representante de Rapa Nui, la isla del Pacífico que Chile incorporó a su territorio en1888 y uno de los pueblos Quechua, Atacameño, Diaguita, Kolla, Kawesqar, Yagán y Chango.

Los constituyentes serán entonces 155 personas electas, incorporando entre ellos a los pueblos originarios.

Sólo se rechazó un escaño para representar al pueblo tribal afrodescendiente. En verdad, nunca fueron muchos.

El proceso constituyente se puso en marcha como una manera de afrontar la crisis social que vive el país desde octubre de 2019, la más grave desde la dictadura cívico-militar que gobernó Chile entre 1973 y 1990, y cuyas secuelas de dolor y odio aún perduran.

Por fin ahora los pueblos indígenas son reconocidos como sujetos de derechos, hay un antes y un después en la relación del Estado con los pueblos indígenas. Ahora ellos también podrán escribir la nueva Constitución, la que regirá los destinos del país en las próximas décadas.

Luego viene lo más difícil, lograr las mayorías necesarias para que la nueva Constitución represente fielmente a todos los chilenos. La población, que se ha manifestado desde hace más de un año, está expectante e ilusionada, esperando que se produzcan profundos cambios en el modelo económico que ha regido desde la dictadura. La tarea no será fácil, ya que con las actuales reglas del juego basta contar con un tercio de los votos para impedir la aprobación de nuevas normas. De esta manera, la derecha y los conservadores pueden neutralizar muchos de los cambios.

La Constitución como carta magna no debería ser una lista de supermercado, pero hay muchas expectativas concretas: qué el rol del Estado no sea solo subsidiario, recuperar el agua como recurso de propiedad de todos, el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda y a una vida digna.

Tenemos por delante un largo y complejo proceso y la población espera que se cumpla con todas sus expectativas. En caso contrario, sigue latente el peligro de nuevos estallidos sociales.

 ----------------------------------------------------

(*)  Jorge Fernandez Correa, ha sido Director del periódico de 'La Nación', de Santiago de Chile. Experto en comunicación ha desarrollado funciones gestiónales y de formación en las Naciones Unidas y en muchas otras instituciones, públicas y privadas, chilenas. Periodista independiente es, actualmente, sobre todo escritor de numerosas novelas.      

 

 
DESIGN BY WEB-KOMP